Se aferra el estribillo en su cadera,
cuando el abanico besa un aliento,
el pie derecho desliza con tiento,
como el agua acaricia la ribera.
Lenta, la cadencia no desespera,
la llegada del sutil movimiento,
cual hoja llevada por el viento,
elegante baila la danzonera.
Llegas hasta mí mientras habla el violín,
puntual tu mano acude a mi rescate,
tu casa es un danzón, tu alma mi fortín.
Mi vida no admite ningún debate,
Danzonera, te juraré amor sin fin,
al final del montuno, en el remate.
Ángel Descalzo, 4 de agosto de 2013
Me parece muy hermoso y sensual a la vez lo encuentro fino.- Felicidades, espero que siempre esa danzonera sea tu Alondra. “Ave sutil que llene tus espacios”
Te quiero y felicito.
Lupita.
Muchas gracias, Lupita. Pero el poema está dedicado a todas las buenas bailadoras, porque no se puede evitar enamorarte viéndolas bailar…
Leo sus creaciones con mucho gusto. El danzón y la vida se merecen un poeta como usted.
No crea, Ernán. Yo también estoy leyendo sus textos y, sin duda, la música y la gastronomía están de enhorabuena con sus palabras. Felicidades.
Puse el dibujo y el nombre de este blog como referencia en el fb de Patrimonio virreinal https://www.facebook.com/patrimoniovirreinalmexicano
Muchas gracias!!!